lunes, 15 de septiembre de 2008

Cuando ganar no es ético...


...y no tiene nada que ver con el dopaje. Y se podría haber terminado los tres puntos con ...y es un "peligro", porque tal y como lo tratan algunos, como Álvaro Pino, o el iluminado que ha escrito ésto, parece como si hubieran contratado al tipo que le pegó el puñetazo en el Puy de Dome'75 a Eddy Merckx para vencerles en mala lid. El ciclismo tiene estas cosas, que se defienda en el mismo párrafo la ética con el pactar un resultado, la ya centenaria técnica del apaño, "para tí la etapa para mí la general", que tanto, tanto daño ha hecho a la competición deportiva, que ha producido escandalosos episodios y que hoy en día todavía algunos siguen creyendo como la buena política para correr en el ciclismo, implorando al sumo bienhacedor, Miguel Induráin que, según algunos, se hizo grande por...¡dejar ganar a otros!. Luego, bochornosos episodios de la historia del deporte, como el que acabó con la Juventus de Turín en segunda división parecen ser monstruosos para los mismos que desvirtúan sin pensar la competición deportiva que, pese a todo, sigue siendo la competición ciclista. El apaño de unos no es lo mismo que el de otros, que se enfadan cuando no entran en la trampa apelando a la ética.


Pues a mí eso me parece una paradoja, ética y trampa en un mismo significado, en una misma corriente inexplicable que muchos confortan y justifican con la tradición, ese ente que se olvida en muchas cosas buenas que dota a la memoria pero que se desgasta en otras situaciones, como ésta, uno de los peores defectos del ciclismo. Me viene a la cabeza el otro defecto sistemático del ciclismo(y de otros deportes, por supuesto) que también suele justificarse por lo mismo, por la tradición, creo que sabemos todos a lo que me refiero. Tergiversando incluso en ese escrito se llega a decir que el ganador, Alberto Contador Velasco, el corredor que cruzó la meta en primer lugar, el deportista que realizó su recorrido en menos tiempo, es un Dios menor por ganar de esa manera. Como si hubiera dejado ganar al corredor en cuestión, el modesto Ezequiel Mosquera, fuera un Dios Mayor, revolviendo al ejemplo ilusorio de Miguel Induráin. Lo peor de todo ésto es que muchos verdaderos aficionados al ciclismo pensarán lo mismo, y aplaudirán sin embargo a otros muchísimos chuparruedas que ganan de la misma manera, pero no en una etapa como ésta. Me vienen infinidad de ejemplos, y en estas últimas victorias a todo ritmo de los españoles en todo tipo de carreras más en particular.


La competición es la competición, y el mejor sitio es para el que gana. Afortunadamente en el ciclismo las cosas no son estrictamente así, y los grandes esfuerzos, aunque sin premio, no suelen quedar sin reconocimiento, aunque sea el efímero del aplauso o la ola que pida el comentarista de turno. Así, algunos corredores han sido aclamados, y respetados, por precisamente no ganar, pero intentarlo con todas sus fuerzas, a veces, como en el caso de Raymond Poulidor, mucho más que otros ciclistas que sí ganaron. Ejemplos, muchos, como el del desaparecido Marco Pantani contra Lance Armstrong tras el desplante en el Mont Ventoux, que no sirvió al italiano pero que muchos recuerdan. O el último de Hinault, que no venció pero que atacó en todas partes, como el propio Zoetemelk unos años antes. No ganaron, pero su recuerdo aún perdura, seguramente por encima de ganadores eventuales de algunas pruebas que sí, figuran en un palmarés, pero no en la retina de los aficionados, esa que se va pasando de generación en generación y termina en mito, en leyenda. En un deporte en el que el ganador no es el todo de la ecuación, el propio apaño es el que acaba con la esencia, aunque los objetivos se diversifiquen. Por eso apelar al apaño es una forma patética de evaluar tu propia grandeza, te anula para el recuerdo.


Y poner el ejemplo de Miguel Induráin es un error, no una justificación. Cada uno corre como quiere, como le parece. Así como unos se ponen de pie en los ascensos, otros suelen hacerlos sentados. Pero una cosa no quita a la otra. Personalmente prefiero ver una etapa como la de ayer que el lamentable papelón de Jens Voigt y Juanma Gárate en el Giro de Italia de 2006 en el Passo di San Pellegrino, donde al alemán le faltó bajarse de la bicicleta para dejar ganar al español. Eso no es competición, y competición es lo que es el ciclismo profesional, no precisamente darse una vuelta por los alrededores del extrarradio de la ciudad de turno en un carril-bici pintado de rojo. Muchas veces se olvida. Mentando al navarro, casi siempre. Como ejemplo de deportividad(¿?) y de caballerosidad. Será ahora. Mayores caballeros que hubo en su momento en el ciclismo no los hay desde hace 20 años, ellos eran caballeros fuera de la carretera, con un respeto y unas maneras esquisitas, pero en el asfalto eran ciclistas, en el mayor sentido de la palabra, profesionales, y luchaban por todo por todos los medios, sin esperar en caídas, sin esperar en pinchazos, sin respetar la orina de un líder. Y no por ello algunos dejaron de convertirse en leyendas.


El apaño es más antiguo que el propio ciclismo, pero la competición también, por eso es un error apelar a la tradición, porque como tradición de competición pocos ejemplos hay como el ciclismo. Y si no se apela a la historia, se amenaza: "Que estén tranquilos porque los pobres también sabemos hacer daño aunque no podamos ganar" decía Alvaro Pino ayer. Su obligación como equipo es hacerlo lo mejor posible, no ayudar en otros tejemanejes porque te han dejado ganar en una etapa. No sólo se intenta el apaño, sino que si hubiera habido apaño, después hubiera vuelto a apañar para no hacer pupa a los bienhechores. Parece mentira que estas cosas no sean motivo de multas y sin embargo se saquen de contexto otras muchas cosas de este deporte. Bien es cierto que el chuparruedismo no es una práctica correcta, muy extendida en el ciclismo actual además, pero muchos sólo la tienen en cuenta cuando les parece. Muchas otras veces se produce sin necesidad de acabar con apaños y nadie dice nada, todos tan contentos con el ganador. Habrá que recordar simplemente que Eddy Merckx es el verdadero Dios Mayor del ciclismo(aunque sea una expresión torpe y basta), y muy pocas veces(una Paris-Tours a Basso aunque realmente hizo de lanzador) o ninguna dejó que los demás se llevasen su parte, porque el ganaba lo que podía, sin importar el desarrollo en la carretera, para eso era un profesional.

4 comentarios:

David dijo...

Supongo que Pino se refería más a que los Astaná no tiraron cuando podían haber alejado más a Valverde y sobre todo a Sastre, que por la victoria de etapa. El tema de los apaños debería ser sancionable. Todos aplaudimos a Jalabert por lo de Dietz, pero poco antes Bolts (compañero de Dietz) se la hizo a Gonzalez Arrieta en un Giro y supongo que Goodefrot no reprendió a su corredor. Mucha hipocresía en este tema: En España todos vieron bien que Ivanov ayudara a Perico cuando no le iba nada en la vuelta 89, pero no que Sastre no colaborara con IBaleares cuando el ataque de Landis...distintas formas de ver el mismo caso

P.d.Por cierto, estoy viendo la vuelta y Contador acaba de sufrir una caída. Quizá el Xacobeo debería aprovechar y tirar para cobrarse su venganza

Karpas dijo...

Hombre el desgaste de Amets en esa etapa del Tour era digno de una ola y de mas!!

Respecto a la etapa de San Isidro no me dio tiempo a ver si tiraba uno o tiraba otro ya que subian a 30km/h y eso me dejo sin sentidos.

Saludos!!

P.d. Al final tanto llorar a Pino le ha salido bien, porque no veas la ayudita de Garate en la etapa de Ponferrada.

alby dijo...

Gracias por vuestros comentarios.

La verdad es que es lamentable que se monte este pitote por los apaños, cuando la Vuelta ha sido un lamentable espectáculo de apaño masivo entre los equipos españoles en las escapadas para triunfos locales. Una práctica que poco dice de la competición, más antigua que el propio ciclismo, que habría que revisar, por mucho señorío que algunos quisieran ver en ciertos ciclistas, que tristemente a veces son mas recordados por esos episodios que por lo que realmente fueron en la carretera.

Anónimo dijo...

cuantas carreras compro merks?. El que mas tenia mas compraba y el que no tenia llenaba el bolsillo.