domingo, 20 de mayo de 2007

un duro camino para los "forzados de la ruta"





Como no podía ser de otra manera, mi primer comentario en este blog, el que lo inaugura, hablará de lo que ha sido, es y puede ser el ciclismo, este deporte tan duro a veces pero que tantos y tantos buenos momentos ha dado a unos espectadores que, estupefactos, admiraban las gestas leyendo los periódicos y sus crónicas primero, escuchándolas en la radio despues y viéndolas en la televisión finalmente. Este deporte, tan creador de opiniones como de afición, es ahora un deporte en peligro de ser arrebatado a su misma esencia, en peligro de convertirse(si no lo es ya), en un triste espejo de lo que algún día fue.

No pretendo en esta primera introducción llegar al típico y manido "cualquier tiempo pasado fue mejor", no. Mi intención es ver lo que fue el ayer, contrastar lo que es hoy y adivinar que puede ser mañana. Por eso no he encontrado mejor forma de comenzar que parafraseando esas frases de Albert Londres en Le Petit Parisien en relación al abandono de Henry y Francis Pelissier del Tour de 1924. Y, haciendo un paralelismo con aquella situación, llevarlo al presente con las diferencias que entre ese momento histórico y la triste actualidad hay. Pero antes de nada, hay que explicar lo que fue y significó esa crónica, relatada en esa frase, para el ciclismo. Y es que en esa entrevista, Henry Pelissier, uno de los mejores ciclistas franceses de la historia, un auténtico talento en la carretera y todo un personaje fuera de ella, se quejaba. Y lo hacía amargamente de lo que a él le parecía un trato vejatorio hacia los ciclistas.

Hoy, casi 73 años después, las cosas han cambiado, pero quizá lo que más ha cambiado no son las bicicletas, ni los materiales, ni las etapas, las carreras ni todas esas justificaciones que les sirven a algunos para digerir lo que está ocurriendo, en absoluto. Lo que más ha cambiado es la mentalidad. Más allá de que hayan pasado Coppis, Bartalis, Merckxs, Hinaults, Ocañas o Manzanos, la actualidad se mira y se vive con un pensamiento diferente a la rebeldía, a la búsqueda de la libertad, a la valentía que emanaban esas palabras. Todos esos valores se han perdido en pos de la mercantilización brutal, del aguantar a toda costa y pese a todo el esfuerzo que se ha realizado para llegar hasta este momento de la película. Como si de un vidente se tratase, Pelissier terminaba aquella entrevista diciendo "¡me llamo Pelissier, no Azor!", en relación al nombre de su perro. Curioso, demasiado curioso.

Hoy los perros no se utilizan para protestar contra las injusticias y vejaciones que padecen los ciclistas, se utilizan para identificarlos(a algunos) en las listas de galenos siniestros y sus cuatreros. Hoy el ciclista ha dejado de ser el protagonista único y principal de este deporte para ser un simple número, una simple identificación en un sumario o un resultado, aislado o encadenado, que le hacen en muchos casos prescindible. ¿y cómo es posible que un ciclista no tenga sitio, o mejor, no se lo hagan, en el ciclismo? Pues porque el ciclista ha vendido su alma, ha vendido su orgullo, y todo de forma triste, de forma pobre. Hace 70 años los ciclistas eran orgullosos deportistas, respetados como auténticos héroes que hacían hazañas incomparables. Hoy el ciclista es una parte de la drogodependencia, seres tristes e incluso melancólicos que aparecen en nuestras vidas por fogonazos, sea en forma de escándalo o en forma de resultado. En resumen, el ciclista parece no tener siquiera alma de deportista, parece que Fernando Alonso y su coche con motor de cientos de caballos es más deportista "sobrehumano" que tíos que corren 200 kilómetros durante días.

Y basta ya de justificarse, de aflicciones, de auto-compadecencias. La culpa es de los ciclistas. Que aguantan la tiranía, que han cedido hacia ella, que han permitido las vergüenzas que cada vez son más evidentes. ¿Quién ahora se pondría a la vera de la cama de Eddy Merckx en aquel hotel del Giro de 1969, lamentándose por ser líder a costa de que diera positivo?¿Quién emularía ahora a Felice Gimondi? No. Ahora sólo leemos y escuchamos cosas como "el que juega con fuego se acaba quemando"(Francisco Mancebo, implicado en la OP sobre Roberto Heras y su positivo en la Vuelta de 2005), "quiero que todo se aclare y me den el Tour cuanto antes"(Oscar Pereiro, posible implicado en la OP sobre su antes amigo y compañero Floyd Landis y la posibilidad de que le descalifiquen por dopaje). Eso es lo que convierte el ciclismo actual en la cloaca que es. Eso y no la Eritropoyetina, la hormona del crecimiento y las tasas de hematocrito.


El ciclista de hoy es capaz de montar números tan irrisorios y lamentables moralmente como el de Iván Basso hace unos días. Y cobrar. Porque no nos engañemos, como si de "paracaidas dorados"(término económico creado a mediados de los 90 que habla sobre las cláusulas que se imponían algunos directivos en el caso de cambios en el sistema director de las empresas, pagándoles una gran indemnización a los salientes) se tratase, esta gente "de común acuerdo" se marcha de sus equipos y luego sueltan estas memeces. El propio ciclista, en vez de revolverse ante lo injusto, ante la esclavitud y el dominio de un amo frustrante y feudal, toma sus cochinas monedas y se olvida. Ése es el juego. Un juego peligroso. El juego de las dudas, el juego de "hasta que me pillen todo vale". Y luego cobrar y callar, aunque la víctima sea yo. Importa poco el deporte, no importa siquiera el orgullo y decencia personales. Todo por la pasta, por la supervivencia aunque sea humillante.

Ante esa auténtica bajada de pantalones los que llevan las riendas tan sólo pueden aplaudir con las orejas. Con un desembolso de dinero zanjan temas que podrían dar con sus huesos en la cárcel, sobretodo en algunos países. Qúe fácil, qué sencillo. Ellos, qe por sus resultados, por su dinero y poder hacen cualquier cosa, se encuentran el camino fácil para seguir. Y así estamos, en esas condiciones. La verdad es que me tengo que reir cuando leo o escucho a algunos decir que en el pasado también se hacía cualquier cosa por dinero en el ciclismo. Por supuesto. Algunos recogían hasta tubulares usados para venderlos en mercados más reducidos en países como España. Claro que sí. Pero eso era supervivencia, ahora es mercantilizar el alma, cosa bastante diferente.

Así está la cosa. Así está este mundo. Mientras los poderosos amasan dinero y mueven sus hilos desde los despachos y los coches, los que pedalean bailan a su ritmo y repiten sus palabras como si de marionetas de ventrílocuos se tratasen. Y los aficionados... ¿qué hacen? pues como siempre, eso va por barrios. Un porcentaje elevado aplaude como fanáticos un deporte moral y estructuralmente muerto, como el que anima a un moribundo a morir en una guerra perdida de antemano. Lo justifica, cree lo que le quieren hacer creer y duerme tranquilo tras ver la victoria del superhombre hormonado exógenamente al que idolatra. La prensa, cínica como siempre, asiste impertérrita ante semejante despliegue de falsedad, de encubrimientos y de tristeza. Intenta llevar a la masa, conisguiéndolo en muchos casos, hacia sus líderes creados, hacia los héroes falsos y tristes del ciclismo actual. Da igual que estén en listas, que vomiten tras transfusiones o que finjan lesiones hematocríticas. Da igual. Ellos los utilizan como siempre, como ejemplos, mejores o peores, de cómo es la "buena vida". Sobretodo en España, utilizándose de un público poco instruído que ha dormido siempre la siesta viendo el Tour desde que Perico atacaba a todos y vomitaba con "papillas en mal estado".

La hipocresía reinante ahuma los cerebros de muchos, sin dejarles ver cómo de podrido está este mundo y cúanto necesario es decir la verdad, sea buena o mala para nuestro héroe al que adoramos sin contemplaciones pese a que no sea más que un patético bufón complaciente que representa aspectos tristes de un mercantilismo super-explotador. Esa es la vida de hoy. Difícil, pero aún se puede cambiar. Y todo comienza con la verdad. La verdad nos debe ayudar a aprender a vivir con lo que el ciclismo es hoy y a poder ver la solución para conseguir lo que debería ser partiendo de la base actual. Y la verdad no debe doler. La verdad tiene que ser el instrumento para desenmascarar a los culpables, sean quienes sean. Y elegir un nuevo camino, un duro camino, pero que sea el que nos lleve a un ciclismo que no sea ridículo defender.

Y en este post intentaré, como mortal que soy, arrojar un poco de luz sobre esa verdad, la actual, la pasada y la futura. Pero no todo será hablar de lo malo, también habrá momentos para lo que algún día el ciclismo fue, cuando los chuparruedas eran alegres personajes de lo que los grandes se apartaban, y donde los resultados no lo eran todo, simplemente eran una parte más. Intentaré comentar algún resultado actual, mexclando con historias míticas del ayer, introduciendo algunas nuevas secciones de las que espero todos los que me lean puedan disfrutar. Esto sólo acaba de empezar.


Alberto.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Grande alby!

Espero que tengas mucho éxito con este blog ;)

falotron

Anónimo dijo...

Que bueno contar con rincones de la esquisitez de este para poder concocer un poquito más sobre este maravilloso deporte, gracias por deleitarnos Alby.
Por mi parte considereseme asiduo número 1 a este blog.

Un Saludo y suerte!

Anónimo dijo...

Felicidades por el Blog.

Participo en éste sin haber leído el segundo post y espero que la lucidez con la que escribes te sirva para llegar a la conclusión que no todo puede ser tan malo; seguro que existe un espacio para que el verdadero enamorado de este deporte se vea reflejado en él. Si no fuera asi... ¿qué nos queda?.

Un saludo, seguiré leyendo.

alby dijo...

gracias a todos por vuestros comentarios de apoyo.

spirit: no es que todo sea tan malo, es que todo se ha convertido en peor que antes. En la actualidad es difícil, para los que amamos este deporte, vernos reflejado en esto. Ya por encima del dopaje, que parece que es el problema y no es más que un tumor enquistado por la mercantilizacion y la venta del alma del ciclista y el poder. Dopaje ha habido siempre, como iré desvelando en este blog poco a poco, pero su utilización y su diferenciación son las que hacen de este deporte la mezquindad que es ahora. Y eso es obra de los que tienen la manija, que utilizan hasta las trampas para hacer negocio. Las tampas no es el problema, son los que las utilizan. Sin ellos se puede luchar contra las trampas sin tamices que nos paren.

Celebro que os guste mi blog, espero poder actualizarlo habitualmente(al menos un post cada 2 días, espero que sea diario, pero ya sabéis, el trabajo y las obligaciones).

un saludo a todos.